sábado, 12 de septiembre de 2009

Capitulo 11 – Enemigo mío…

Derribé un uthgar enorme con una flecha en uno de sus costados, Meylin se apresuro a invocar la terrorífica calavera que dejó a la mayoría fuera de combate por unos preciados segundos que aprovechó Melanie para colarse entre sus filas y atacar haciendo girar su lanza muy rápidamente, derribándolos a todos con un golpe fuerte y rápido como un relámpago.

Dama Blanca, Evil Orgasm, Meylin y yo seguimos atacando a los que quedaron, Anyelis se movió, había una elfa muy herida, se apresuró a curarla. Además de crear protecciones sobre todos los presentes, especialmente sobre el grupo que había estado peleando antes que nosotros, ya que se encontraban débiles y cansados. Una conjuradora se le acercó...

- Gracias! yo sola no puedo con todos!

- no te preocupes Taya, seguro te estás haciendo vieja - Anyelis, le sonrió con algo de picardía.

- esa voz...me suena conocida.

- olvídalo, aun no termina la batalla, ponéle una intervención al caballero, debemos frenar el avance alsirio.

- ok.

Las dos conjuradoras se movían muy rápido, eran geniales, curaban, conjuraban fuerza y agilidad a todos, nos hacían regenerar nuestra energía mágica muy rápidamente y nos protegían con toda clase de escudos mágicos, era digno de verse.

En cuanto a nosotros, atacábamos a todo el que se ponía a nuestro alcance, terminábamos fácilmente con todo el que encontrábamos débil en medio de la batalla. Mientras nuestros guerreros se movían entre sus filas, atacando, derribando y matando a todo cuanto podían.

Fue una fiera pelea, los alsirios se defendieron, algunos de los nuestros cayeron, pero al final fueron nuestras conjuradoras las que salvaron la batalla, al mantenernos a todos con vida...

Un guerrero estaba tirado en el suelo, muerto. Anyelis se le acercó.

- Mi niño, como siempre en el suelo.

Pronunció un hechizo ancestral que requiere el máximo poder de un conjurador, revivió a aquel guerrero, era un bárbaro. Lo reconocí en cuanto se puso en pie.

- qué onda?

La cara de tranquilidad del bárbaro, solo era superada por la de enojo de Anyelis.

- cuando veré el día en que no te mandes al frente de todos? te la pasas arriesgándote siempre... y siempre terminas en el suelo! yo no voy a estar para cuidarte toda la vida, necio! que vas a hacer cuando no esté cerca para revivirte?

Su enojo era visible, al igual que la sorpresa de todos, lo retaba tal cual una madre reta a su hijo, Mig no dijo nada por unos segundos.

- Whis?

- seh.

- Whis!!!!!!!!!

Se le acercó de un salto para abrazarla, lo cual nos sorprendió más aún, la abrazó como quien saluda a alguien que extraña mucho. Como si fuera una madre para él, una hermana, me quedé muy sorprendido.

- ya, ya cálmate, a mi también me alegra verte de nuevo, pero que carajo andabas haciendo acá? que no sabes que la guerra ya se terminó?

- sí, lo sé. Pero debíamos llevar un mensaje a Montsognir, se creará una nueva casa inter cultural y debíamos invitar a los alsirios, pero nos hemos encontrado con este grupo de rebeldes.

Miré a la comitiva syrtense, eran pocos, parecían más preparados para un largo viaje que para una batalla. Pero seguían siendo nuestros guerreros. Algunos de ellos conocidos para mí...

Taya, Mig, Zquicken... dos tiradoras y un cazador que no conocía. Hasta que intervino Mig.

- ellas son Thunder y Titilah, y este joven es Mati, nuestro explorador.

Todos saludamos... mientras lo hacíamos vimos un bulto moverse entre los cadáveres de los enemigos. Me moví hacia adelante, lo volteé, era un brujo alsirio, bastante joven, más que yo. Anyelis se adelantó para hablar con él.

- cómo te llamas?

- Soy Aranor -dijo

- que estaban haciendo tú y tu grupo? por que atacaron a los syrtenses?

- nunca diré nada, si lo hago me matarán!

- si no lo haces voy a despellejarte vivo, así que habla...

El brujo tembló, los ojos de Anyelis ardían de furia, no creo que nadie se hubiera atrevido a contradecirla.

- estamos en búsqueda de nuestro amo, hace poco pasó por aquí, tenemos que encontrarlo porque sabe que lo buscan y necesita que luchemos junto a él.

- quién es tu amo?

- no lo sé aun, me uní hace un par de días al culto, solo busco protección, no confío en vosotros, alimañas verdes.

- vas a venir con nosotros, y si todo esto es lo que creo, conocerás a el líder de tu culto, verás todo el mal que pudiste causar y que yo te ayudare a evitar.

Retomamos el rumbo luego de despedirnos de la comitiva Syrtense, para que continuaran su camino hacia Montsognir, Mig solicitó permiso a sus compañeros para acompañarnos a nosotros, no se lo negaron. Seguimos adelante mientras amanecía. Me acerqué a Anyelis para hablar con ella.

- no sabía que tomaríamos rehenes.

- no lo es, este chico nos será muy útil. Es fuerte, pero lo han enseñado mal.

- que nos espera Anyelis?

- no estoy segura, pero lo que sí sé es que nos espera una batalla contra fuerzas que no habíamos visto antes.

Eso ya era algo de temer, habíamos combatido contra toda clase de fuerzas en el pasado, terrenales, divinas y paranormales... qué clase de poder tendríamos que combatir en al futuro?


Sólo podíamos avanzar.

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