Se detuvo por un momento y yo me frené también detrás de ella.
- qué pasa?
- no podemos salir por la puerta, tenemos que usar el teletransportador de arvanna.
- por qué?
- solo vamos, así debe ser.
Tenía bastante tiempo con ella como para saber que no debía preguntar más. Caminamos rápidamente rumbo al bosque de arvanna...
La sensación de vacío al ser teletransportado era asquerosa, odiaba eso, pero no tenia elección, me recuperé lo más rápido que pude y observé alrededor, siempre alerta en caso de haber algún enemigo cerca.
- no hay nadie por acá - dijo Anyelis- ven, sígueme.
Obedecí, la seguí en dirección al fuerte algaros. En cuestión de dos minutos salíamos de las montañas, pero algo nos hizo parar, era una cazadora, estaba acompañada de una joven maga, al parecer era bruja, por el color de su túnica.
tenían problemas, tres bárbaros, cabras, las atacaban... la cazadora no tenía problemas serios, pero estaban demasiado cerca para que la bruja tuviera alguna oportunidad, desviaban sus hechizos con suma facilidad solo poniéndose atrás de ella mientras invocaba y la cazadora estaba en aprietos ya que su mascota había sido asesinada.
- vamos, debemos ayudarlas.
- sí, vamos.
Puse una sentencia a muerte en uno de los bárbaros, quien se giró con un gruñido, en cuestión de dos segundos salía tanta sangre de su pecho que dio por segura su muerte, comenzó a girar su lanza para atacar en área, pero la bruja fue más rápida, lanzó un hechizo para tirarlo al suelo y el bárbaro no pudo hacer nada más que dar la bienvenida a la muerte con un estallido de cristales que surgió a los pies de la bruja.
Anyelis en un instante había paralizado a los otros dos bárbaros, la arquera les tendió emboscadas, no tenían escapatoria... uno de ellos embistió, parecía que escaparían pero de nuevo la bruja lanzó un hechizo, el terror de sultar, cayeron fácilmente ya que no estaban prevenidos, otra sentencia de mi parte y maté fácilmente a uno de los bárbaros con ayuda de la cazadora.
El otro no tuvo tanta suerte, recibió un meteorito que golpeó su cabeza con una fuerza impresionante, vi como una hiedra crecía a sus pies, imposibilitándolo para moverse… murió muy lentamente con la descarga eléctrica de un relámpago que invocó la bruja...
Anyelis miró a la brujita, esbozando una sonrisa.
- para ser tan joven eres muy buena - dijo.
- gracias, dijo la pequeña bruja, sonrojándose un poco.
La cazadora se acerco despacio, olfateando el aire en busca de la presencia de más enemigos.
- muchas gracias wapos - dijo- por poco matan a mi amiga y hubiera tenido que morir junto a ella.
- es nuestro deber ayudarnos, somos aliados - dije, con un pequeño nudo formándose en mi garganta.
- si bueno, la cacería no es una práctica muy común actualmente, ya nadie anda en grupos pequeños, mi amiga y yo nos alejamos del nuestro y nos vimos rodeadas en cuestión de segundos....
- seh, esos bárbaros con sus embestidas... - tenía una voz hermosa la pequeña brujita.
- como se llaman? - intervino Anyelis.
- Yo soy La Dama Blanca - dijo la cazadora - y esta es mi amiga Meylin, es como mi hija.
- Mi nombre es Anyelis - se apresuró a decir mi acompañante- y éste joven es mi amigo Belnazzar.
- es un gusto conocerlos, me gustaría recompensarlos de alguna manera por su ayuda, quisieran que vayamos juntos hasta Stone? podríamos cuidarnos las espaldas.
- eso estaría muy bien. - de nuevo Anyelis.
Yo la observaba inquisitivamente, era obvio que algo se traía entre manos, aunque gran parte de mi atención se veía atraída por la joven bruja. Quien vista de cerca era realmente preciosa, de cabello rubio y ojos azules, del color del cielo... aunque lo que realmente me había cautivado era su voz, era dulce y a la vez fuerte, una mezcla en verdad muy seductora.
- Hace mucho que andan por acá? - preguntó la Dama.
- no en verdad - dijo Anyelis- recién pasábamos del tele de arvanna.
- ah ya, bueno nosotras llevábamos largo rato evadiendo encontrarnos con algún enemigo, esto está plagado de cabras.
- odiosas cabras - dijo Meylin.
Anyelis se acerco levemente hacia mí y susurró:
- deja de mirarla como un idiota y háblale.
No pude evitar sonrojarme, la verdad no tenía ni idea de que podía decirle… eso y que no estaba seguro de poder hablar sin tartamudear...
La Dama Blanca estaba a unos veinte pasos por delante en cuestión de segundos y Anyelis se separó levemente hacia la derecha, dejándonos con suficiente espacio para hablar.
- es una maldita - pensé, sonriendo para mis adentros.
Meylin giró levemente su cabeza, dirigiendo su mirada hacia mí.
- y bien... - dijo - así que Belnazzar, debes ser un tirador, si no estarías adelante con Damita.
- sí, es cierto soy tira.
Sonrió.
- y tu eres una buena bruja, apenas si pude golpear al bárbaro que te atacaba.
- jajaja no es cierto, estaría al horno si no me hubieras ayudado.
- creo que menosprecias la ayuda de tu amiga la Dama.
- no no, ella es buena, pero no tiene tanta fuerza como tú, tu matas más rápido jeje.
Menudo cumplido, soy más fuerte que una chica cazadora...
- bueno... gracias - dije. - ... y dime, hace mucho que se conocen tu y Dama?
- sip, como dijo, ella es como mi madre. Siempre me ha cuidado. La verdad siempre cuida a todos los miembros del clan.
- ah ya veo, cual es vuestro clan?
- somos orgullosas perras de Syrtis - dijo La Dama.
No me había percatado de que estaba tan cerca, obviamente vigilando nuestra conversación.
- oh perras, es genial - dije, la verdad siempre me había llamado la atención ese clan, conocía de vista a Maipucino y a SaTaNa; dos guerreros verdaderamente fuertes del reino.
- de veras? - dijo la Dama con cierta incredulidad en su mirada - tenía la impresión de que no éramos gratos para los soldados del reino.
- por lo menos para nosotros sí lo son - intervino Anyelis quien se había acercado también.
- y ustedes a que clan pertenecen?- dijo Meylin mirándome a mí.
- bueno, la verdad a ninguno, no hemos sido invitados... - dije.
No me había preocupado nunca por pertenecer a un clan, la verdad, se me antojaba un poco pesado, pero repentinamente sentí deseos de ser reclutado para las perras de syrtis.
- bueno - dijo Meylin - Dama creo que podríamos invitarlos, parece que seremos ser buenos amigos.
- claro - dijo la Dama, adelantándose de nuevo - en cuanto lleguemos a Stone, haremos la ceremonia, dentro del fuerte.
Anyelis me miró, de nuevo había una sonrisa en su rostro, asintió casi imperceptiblemente y se separó lentamente.
- seremos familia - dijo Meylin dirigiéndose a mí.
Sentí como el calor se acumulaba en mis mejillas y definitivamente estaba rojo, ya que ella había vuelto su vista hacia el frente con una gran sonrisa.
- pareces un tomate - dijo sonriendo.
- hey! - dije - no soy tan feo.
-jajajajajaja.
Reímos un rato, al parecer le hacían gracia mis malos chistes. Era fácil hablar con ella, era un elfa muy agradable en verdad.
- ya casi llegamos - dijo la Dama.
Así era, ya podíamos divisar la torre del fuerte, en diez minutos llegaríamos. Meylin se acerco y puso su mano en mi espalda, se giró para sonreírme, yo la miré y no pude evitar sonreír también.
En cuanto llegamos la Dama nos pidió permiso para retirarse un momento, casi al instante regresó... con todo lo necesario para realizar la ceremonia de ingreso al clan, fue sencillo pero realmente interesante. Entre otras cosas sentí la necesidad de proteger siempre a los compañeros del clan, aun a costa de mi vida.
No estaba nada mal, pertenecíamos a un clan, Anyelis y yo... teníamos un hogar, entonces recordé la pequeña predicción de Anyelis... pero aun faltaba una parte. Aunque no era de noche todavía.
Pensando en ello vi como Meylin se alejaba lentamente hacia la playa... me tomó cerca de dos nanosegundos decidir que debía seguirla. En cuanto la alcancé estaba sentada, observando el canal que nos separaba de las costas de la zona en conflicto de Ignis.
- No es un buen lugar para estar solo - le dije.
- lo sé, pero sabía que ibas a venir.
- no me digas que eres Psíquica también.
- jajajaja nop, mi magia no llega tan lejos, pero vi que no me quitabas la mirada de encima.
- ah bueno... no era mi intención...
- cállate - me dijo, interrumpiendo mi intento de explicación - apenas si he logrado estar sin hacer alguna tontería sabiendo que me mirabas todo el rato.
WTF?!?!? Que había dicho?
- estem... no te entiendo...
- bueno - dijo, y esta vez ella desvió su mirada - me he puesto un poco... nerviosa.
Eso es bueno? es malo? la he asustado? o era algo más? ahhh maldición, debí haber aprendido a hablar con las chicas en vez de a disparar flechas...
- y eso que significa...? - esta vez se notaba claramente el ligero temblor en mi voz.
- pues, no lo sé...- dijo, y parecía más confiada al verme nervioso también
- pensé que quizás tú podrías decirme.
Fijó su mirada en la mía, eran hipnóticos sus ojos, podría haberme quedado horas mirándolos...
- yo... um bueno... yo tampoco lo se... solo sé que me atraes, mucho...
- si bueno... también tu a mí. - y de nuevo fijó su mirada en el mar.
Me quede en silencio, solo observándola, aunque de repente giré mi cabeza, algo o alguien se acercaba, lo había escuchado, pero no podía ver nada... y justamente de la nada surgió, un cazador, acompañado de un ciclope, rápidamente puso una emboscada, tirando a Meylin al suelo, vi como el ciclope se acercaba para acabar con ella.
Tomé mi arco al instante y derribe al ciclope de un golpe certero en su ojo, el cazador trató de correr... pero lo detuve poniendo una emboscada.
- yo también se jugar, hijo de puta.
Puse una sentencia a muerte y Meylin invocó un meteorito que aturdió al ignita, no me costó más de dos flechazos acabar con el...
- Gracias - dijo Meylin. - es la segunda vez que me ayudas hoy, a este paso te vas a pasar la vida cuidándome.
- nada me gustaría más - dije, mirándola fijamente.
- ah ya veo... - de nuevo desvió su mirada, esta vez hacia el suelo.
- estas bien? no te hirió?
- no, no me hizo nada.
Me acerque a ella y acaricié su cabello, del color del sol y tan suave como la más fina seda. Levanto su mirada, fijándola en la mía... yo me acerque lentamente, pero ella fue más rápida. Al parecer había estado esperando ese momento tanto como yo...
Haciendo gala de una fuerza de voluntad que no teníamos decidimos volver al fuerte... estaba oscureciendo.
Mas miembros del clan habían llegado, Anyelis me miraba fijamente con una sonrisa de complicidad esta vez. La Dama me presentó a las personas que habían llegado, pero apenas si pude escuchar sus nombres, tenía otras cosas en que pensar... un hogar... y ahora alguien a quien proteger...
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