Pocos de los ignitas que encontrábamos en el desierto fueron agresivos... en parte debido a la nueva paz que reinaba, y en parte por la compañía de Azna y la brujita.
Sin embargo, llegando al puente blanco se disculparon diciendo que no podían acompañarnos mas allá, y se retiraron... fue algo confuso recibir ayuda de unas ignitas, aunque fue muy pedagógico... termine aprendiendo varias frases en ignita.
Meylin se recuperaba lentamente, sin embargo seguía viéndose tan vacía como Anyelis al comienzo de nuestra aventura. En vista de que solo nos acompañaba Climene, que había demostrado ser digna de confianza, le pregunté a Anyelis
- que tiene Meylin? por que no se recupera?
- no es tan sencillo... literalmente, ella murió... revivirla no es nada fácil... y... necesita de tu ayuda...
- para que? la que sabe de curación eres tu.
- cuando llegue el momento, tu sabrás de lo que te hablo... mientras tanto ella sigue viva, pero no esta acá, aun no es tu meylin...y no volverá a serlo...
- a que te refieres?
- UN CAZADOR! - gritó climene varios pasos mas adelante.
Me adelante a observar, así era, era un cazador acompañado de su enorme mascota, apenas me vio se camuflo... era obvio que nos atacaría...
Avanzamos lentamente, pero al parecer Rajemus que era cazador también detecto el olor en el aire y grito:
- AHHHHHHHH MIKEALFA MIKEALFA!!!!!! RAJEMUS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
lo entendí al instante... en todo syrtis era conocido, un cazador ignita con nada mejor que hacer que ir a la muralla a matar a los pobres desgraciados que entrenan matando los orcos que habitan los verdes bosques...
Ahora era mas obvio para mí que nos atacaría, pero no solo eso, lo haría por la espalda y al más débil de nosotros... Rajemus estaba inquieto, olfateaba en todas direcciones, sabía igual de bien que todos nosotros, que corríamos grave peligro...
- Anyelis, protege a Meylin, por favor... no dejes que nada le pase.
Así lo hizo, en un segundo tenia toda clase de escudos y protecciones, además también puso una intervención divina en Climene. Pero el ataque no se hizo esperar, y lo hizo exactamente como habíamos esperado... atacó a Rajemus...
El pequeño cazador corría en todas direcciones, no sabia que hacer y nosotros aun no veíamos al cazador, ya que se había situado atrás nuestro, al escuchar los gritos nos giramos, un enorme tol tar avanzaba hacia anyelis, mientras el cazador atacaba a Rajemus...
Trate de pegarle, pero evadió dos de mis ataques, así que decidí matar su mascota... pero resistía mucho...una flecha etérea no bastaría... la situación se nos estaba escapando de las manos.
Climene avanzo y tiró al toltar con un puntapié, me resulto sorprendente que esa mujer tan pequeña tuviera tal fuerza, pero no era momento para comentarios... terminamos de matar a la bestia antes de que el cazador hiriera gravemente a nuestro pequeño acompañante, rajemus logro alejarse de su rango, pero aun seguía tras el, corriendo como un hijo del viento.
En cuanto pudimos alcanzarlo y tirarlo hizo algo que desconocíamos, no supimos como, pero se alejo corriendo a una velocidad sobrenatural...no lo alcanzaríamos nunca... sin embargo mientras corría, y miraba como nos dejaba atrás, un cazador syrtense lo sorprendió con una emboscada que me permitió tenerlo en rango, lo golpee con una flecha en una pierna, no correría mas. Luego un par de flechazos míos y del cazador, y adiós al enemigo...
El joven alturian se acercó hacia mí, al parecer estaba acostumbrado al ataque sorpresivo, así que sonreía gustosamente.
- Hola, me llamo Psicoloco, casi se les escapa eh?
- seee, si no hubiera sido por ti no lo alcanzamos mas.... gracias loco.
- em de nada, bueno, nos vemos por ahí, se cuidan - dijo, guiñándonos un ojo.
Y desapareció de la misma forma en que había llegado, sin dejar el más mínimo rastro.
Rejuntamos, todos estábamos bien, Anyelis había sanado las piernas de Rajemus, que habían sido heridas con una flecha trucada con espinas.
- estará bien, son heridas leves... un cazador no golpea muy fuerte.
Nos miramos unos a otros, estaríamos bien... avanzamos hasta acercarnos a la puerta de la muralla, pero Anyelis me detuvo tomándome de un brazo.
- La maga que buscamos no vive adentro del reino... de hecho esta cerca, puedo sentirla.
- sentirla? - Dije.
- si, solo puedo con magos de gran poder... como es el caso...
Atrás de nosotros estaba, una maga de aspecto imponente, su cabello de color verdoso no reflejaba la edad que pudiera llegar a tener, al igual que su piel tersa y lisa como el mármol.
Anyelis se arrodilló ante ella, y yo no era tan ignorante como para saber que había un motivo para eso, así que la imité, climene estaba mas adelante, cerca, vigilando a Rajemus y a Meylin.
- Señora, necesitamos de tu valiosa ayuda, para destruir un objeto maligno - Dijo Anyelis respetuosamente.
- Lo sé - Dijo la elfa - dame el medallón, y te diré como destruirlo.
Anyelis lo hizo, la elfa lo tomo y lo miró detenidamente. Luego de haberlo detallado se lo tendió a Anyelis, y le dijo:
- hay mas que magia en este artefacto, hay odio, hay frustración y amargura, hay una sola forma de destruirlo, y no va a ser fácil... necesitas la sangre de un dragón, el fuego de un demonio y un hechizo muy fuerte...
- enséñame, señora.
Me sorprendía el respeto que Anyelis demostraba hacia esa elfa, pero me abstuve de siquiera mirarla de forma extraña.
- en cuanto tengas lo que necesitas te mostrare como se hace, no es sencillo y es muy delicado... no querrás llevar una maldición sobre ti.
Anyelis asintió, y la elfa desapareció sin decir nada más.
La mire, inquisitivamente, pero no hubo respuesta...
- bien - dije - tendremos que visitar a Vesper... la que nos espera...
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